sábado, 2 de junio de 2012

Amadeus, Amadeus


Por Lolita Cuevas-Avendaño

Formidable, increíble, excelsa. Esos son sólo algunos de los calificativos para describir a la película de Amadeus, donde Wolfie encarna al grande de los clásicos: Wolfgang Amadeus Mozart.
Tan sólo me detengo un momento para prestar detalle al maquillaje, al vestuario, a la utilería, a las actuaciones. Destaco y remarco por sobre todas las cosas el vestuario y caracterización de cada personaje. Esas peluca s enmarcan perfectamente el cómo vestían en aquellos años.
Para mi pesar no tuve la oportunidad de ver la película “empezando por el principio” (malditas enfermedades) sino que la empecé a ver a partir de la segunda mitad. Naturalmente y por obvias razones más tarde vi la parte que me había perdido, en solitario, mas me resultó igual de fascinante cada sensación transmitida.
La utilería utilizada en cada cuadro era el preciso para señalar la época de la que se trataba. Soy admiradora asidua de las antigüedades, desde un plato de porcelana hasta un juego de aretes. Me encanta también el porte de las chicas ‘antiguas’ de tal suerte que ubico en la esposa de Mozart esa definición dada, recaída sobre ella.
No quiero siquiera echar números para calcular el costo en efectivo de los vestuarios. Pero tengo una solución para que resulte un poco más viable y agradable para la economía de nuestros bolsillos. Alguna vez, de visita en una tienda de antigüedades con mi amigo  Samuel me compartió que estaría dispuesto a invertir en la compra de mucha ropa de segunda mano, de la más económica, para tener diversidad en un ropero destinado a grabaciones futuras.
Me pareció por demás fabuloso también apoderarse de utilería de todo tipo para arreglar lugares ambientados ya sea en época actual o pasada.Y si de iluminación es el asunto, más vale estar prevenidos con más de uno de repuesto para que no nos sorprenda el fallo de algún foco.
En la cinta, la musicalización está divinamente colocadaen los momentos justos: suaves cuando es todo paz y tranquilidad; y ‘explosiones’ si se trata de momentos con tensión, ya sea explícita o latente.
Para cerrar con broche de oro, me pongo de pie para aplaudir las escenas donde combinan al ballet con la obra. Los disfraces, las piezas y las caracterizaciones se llevan las palmas. 

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