jueves, 6 de diciembre de 2012

Blue velvet


POR LOLITA CUEVAS-AVENDAÑO

Era 1986 cuando David Lynch decidió escribir y dirigir “Terciopelo azul” película que entre los grandes del cine es una clásica donde “se muestra la dualidad de la vida”.

Por tanto mérito logrado y buenas críticas que recibió de los conocedores de la materia, lo hicieron acreedor a una nominación al Oscar por mejor director, sin embargo le fue arrebatada “por una injusticia en la forma de evaluar” según leí en páginas de internet. Mas nadie le quitó la dicha al director de recibir el premio a mejor película y mejor fotografía en el Festival de cine fantástico de Sitges, el mismo año de su lanzamiento. Y sí, no era para menos no ganar el primer galardón mencionado, pues hacen una perfecta sincronía de tomas que obedecen al misterioe intriga en torno al argumento.

Por increíble y poco atractivo que parezca, la trama de la historia comienza cuando es encontrada una oreja tirada en el tranquilo poblado de Lumbertown. Ello detona una serie de acontecimientos que en más de una escena nos mantiene con los ojos bien abiertos. Una mezcla encantadora de suspenso e intriga, con una dosificación de sexo, de esas escenas que llamamos ‘bien cuidadas’.

A diferencia de otras películas que he visto, no quedé totalmente enamorada de Lynch, aunque después de verla, durante varios días estuvo girando en mi mente su nombre. Es como de esos directores que admiro intermitentemente.

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