Por Sam García Jiménez
Vaya que cada vez aumenta la
complejidad de lo que vamos viendo, no me enfocaré al gore o al hecho de ver
tanta sangre en pantalla, bueno de esto último talvez un poco.
Comparar esta cinta con las de
Tarantino simplemente no tiene razón de ser, obviamente sabemos que Tarantino
toma muchos elementos visuales, pues su formación como director, escritor y
productor fue completamente viendo
películas leyendo comics y libros.
En el caso de Ichi the killer,
vemos una adaptación de un manga, en el que se extiende tanto para poder
mostrar los orígenes de Ichi y su entrenamiento, caso contrario de la cinta
donde se resume a mostrarnos la violenta actuación del protagonista luego de
que nos explican que su comportamiento es parte de una manipulación.
A pesar de que la cinta busca
obtener cierto estilo del manga no lo logra, pues el manga es en blanco y
negro, eliminando ciertos detalles y resaltando otros como los encuadres muy
cerrados, cosa que en la película cambia, pues ahí se muestran encuadres más
abiertos para crear una contextualización mayor, además de valerse de tomas
subjetivas para los cambios bruscos de locación, donde al acelerar la toma da
la sensación de vértigo y necesidad de llegar pronto a algún lugar.
Los movimientos de cámara son
mínimos en algunos casos sólo se utilizan en lugares muy abiertos, esto talvez
con la finalidad de crear una sensación de claustrofobia.
Si quisieramos comparar esta
cinta con alguna occidental sería imposible pues por más que algunos directores
busquen crear algo así no lo necesitan en toda la cinta, además de que eso
ocasionaría que se censurara, Tarantino usó este tipo de violencia y sangre por
todos lados en Kill Bill, que también se inspira en los mangas.
En el caso de Kill Bill, la
sangre no es tan importante durante las escenas, pues en realidad sólo forman
parte la idea de que The Bride no puede ser detenida y es una de las mejores
asesinas, caso contrario en Ichi donde el gore es necesario para poder entender
la psicología del personaje que tras asesinar a alguien se siente sucio y
culpable tal como los lugares donde quedan sus victimas, otra razón de tanta
violencia es entender que al protagonista le excita la violencia, la sangre y
el sufrimiento a pesar de que se sienta culpable.
La elección de colores para los
personajes es muy acertada, a pesar de no ser marcados en el manga original,
pues en el caso de Ichi es color negro o gris, representando que es como una
sombra cuando va a matar a alguien. En caso de Kakihara nos muestran a un sadomasoquista con
colores demasiado extravagantes llegando al punto de la locura o demencia, algo que sin duda es representativo del
personaje.
Algo que me llamó mucho la atención
fue la aceptación de mis compañeros que no podían dejar de evitar hacer gestos
cuando en alguna escena una parte era desmembrada de una persona, sin duda
tenemos muchas barreras al ver películas y más cuando no nos queremos exponer a
algo violento o que simplemente consideramos erróneo, muchos todavía tienen que
entender que el cine no sólo hace cosas románticas y rosa, es como una pintura,
demostrará lo que el autor piensa, cree y siente.
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