lunes, 17 de octubre de 2011

La estética de la formatividad y el concepto de interpretación
Por Itzel Rivas Blasquez
CC- 501

La doctrina crociana, no solamente pertenece a los grandes filósofos de la historia sino, a todos aquellos que son capaces de realizar una crítica literaria y artística en general.
De esta manera una investigación basada en este tipo de hechos tiene que basarse en la doctrina mencionada para que el estudio sea más profundo.
Por otro lado la estética de la formatividad, de Luigi Pareyson, también es representativa de manera importante e interesante, donde el autor asume  los resultados obtenidos después de un estudio basado en los de otros países contemporáneos, donde se aprovecha de manera impresionante cada una de las experiencias poéticas  obtenidas que no solo son criticas sino que también dejan un sinfín de perspectivas, indicaciones, experiencias artísticas vividas, es así como se le brinda al filosofo un material que será de gran ayuda para cualquier elaboración artística.
Pareyson dice que toda formación es una invención, un descubrimiento, entonces si los seres humanos somos capaces de realizar actividad tanto moral como de pensamiento y del arte, da lugar a formas, a creaciones, es decir, son formas producidas a raíz del trabajo y actividad humana .
Se entiende por materia del arte a todo aquello que se añade como una formación para estudiar otro aspecto fundamental de la doctrina que será estudiada, en esta parte del proceso no se puede ignorar el carácter físico, la materia por lo tanto pasaría a ser un obstáculo en el que se centra la actividad creadora de todo ser humano, que resuelve la necesidad del obstáculo, es decir, del problema que impide continuar con una investigación concreta en leyes de la obra.
Con estas definiciones ahora se puede explicar que para Pareyson esta doctrina ya antes mencionada consiste en haber referido al concepto de materia las realidades que chocan y difieren en el mundo de la producción artística.
Es muy importante tomar en cuenta que no solo la presencia de la actividad humana es una actividad formante sino que también es una actividad interpretativa, por eso es que un aspecto no puede separarse del otro, es decir, surge cierta unión que los crea dependiente por eso es que se convierte en actividad interpretativa.
Sin embargo debemos considerar que para la doctrina crociana no era posible la coincidencia entre la unidad de la obra y la multiplicidad de sus ejecuciones.
La metafísica representa un papel muy importante dentro del cuadro artístico del que se está hablando, frente a una dialéctica gnoseológica de interpretación, la función de la metafísica es intervenir de manera indispensable para cualificar la noción de brote; no es más que tener organización, virtud que se encarga de crear posiciones concretas, ya que no se limita la objetividad tampoco se interfiere de manera que el realismo se considerara de tipo clásico, únicamente se toma en cuenta la interpretativa del hombre.
Hablando de la teoría de la interpretación se puede resaltar que interpretar es contemplar el resultado de la interpretación, crear cierta empatía en el momento en el que te sitúas en el punto de vista del creador , de retomar todas las herramientas y el labor realizado,, hasta recabar dotes a través de varias interrogantes para llegar al punto en donde el artista puede adivinar, interpretar, es decir, entender lo que otros artistas ya habían postulado.
Se le considera estilo al proceso de crear, formar, a través de una personalidad con sentido objetivo. Por ende el estilo es, algo muy propio, una característica especial, personal, inimitable, que el artista o persona deja en la obra, y que por supuesto coincide con la formación y modo de la obra.

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