lunes, 12 de diciembre de 2011

Arte, tradiciones y sociedades...


Sam García Jiménez

Arte, tradiciones y sociedades...Si podemos entender que el arte es una herramienta como dice el texto y no una acumulación estática de tesoros podríamos llegar a comprender mejor la razón de su ser y no solo verla como algo bonito que nos sirve para adornar una casa o visitar en un museo, el arte va más allá de eso en la sociedad.
La necesidad de utilizar el arte está ahí, no sólo dejar una idea plasmada, sino también tomar en cuenta el concepto que nos intenta transmitir, entender las ideas y llevarlas a cabo como acciones, esta extensa red de artes y clasificaciones de las mismas ayudan a que cada persona se cree una nueva visión o representación de la sociedad, una persona puede demostrarle a otra su idea y proponérsela para que haga algo “mejor”.
El texto utiliza como ejemplo las imágenes que se han hecho para demostrar que el arte influye en cada parte del ser humano y su sociedad, pues la imagen en una representación de lo que pudo estar pasando en ese momento o representar –de modo abstracto-  como el autor veía a la sociedad en su momento.
 Nuestra cultura al estar forjada entre distintos artes se ha creado cierta estructura,  que en distintas partes del mundo puede ser visto de una manera errónea, la lectura nos menciona que cada cultura se ubica en un espacio y tiempo determinado, dependiendo del entorno social en que se encuentre, pero entonces el entorno social también se marca por las artes que tengan más fuerza en ese momento por lo que podemos entender que es una necesidad mutua.
Cada cultura llega a tener ciertas características así como ciertos ritos que permean a nuestra sociedad, el texto nos maneja los ejemplos de un grupo de indios en la Colombia Británica, pero en el caso del chilatole social mexicano podemos observar distintos ritos que son únicos de nuestra sociedad y que no se repiten en otros lugares de la misma manera, incluso dentro del mismo país, los ritos cambian de acuerdo a la región en la que nos encontremos.
Un ejemplo claro de esto puede ser las mil y un peregrinaciones que muchos católicos fanatizados realizan, todo porque nuestra cultura nos ha creado una idea que la “devoción” a las representaciones de santos son necesarias y que si necesitas un favor divino o estás pagando una deuda con una imagen religiosa necesitas venerarlo en un día que se ha establecido para ellos.
Nuestra idiosincrasia nacional hace que muchos decoren sus vehículos a modo kitsch, atascándolo de globos, flores, papel china, flores, ponerle una bocina de 30” a tu camioneta para armonizar la movilización de todo un grupo y de ese modo poder ir tranquilos; no tengo la menor idea si en otros lugares lo hacen pero es algo muy común en nuestro país, el ejemplo más claro es el 12 de Diciembre día de la santa patrona de México.
Pero ¿Qué es lo que nos da esa identidad, los ritos que hacemos o los ritos nos hacen la identidad? Para poder resolver esto tendríamos que llegar a pensar en tres puntos: la audiencia que es afectada por el arte, que seríamos todos los que estamos expuestos a los distintos matices de las artes, interpretándolas y extrayendo lo que creemos necesario de ellas, pero no por esto podemos decir que entonces el arte nos da la identidad.
Luego está la audiencia que afecta al arte, en este caso la retroalimentación que surge luego de una exposición en una galería o en las calles, puede ser apoyada con ideas, comentarios críticas y sugerencias para que el arte pueda seguir evolucionando como lo ha hecho toda su existencia, es una máquina que nunca dejará de avanzar, siempre buscando nuevos horizontes para romper y superar, pero siempre existirá quien haga que esa máquina cambie de rumbo.
El tercer aspecto a considerar es la naturaleza del arte en sí mismo, pero esta naturaleza no surge atraves de los pinceles, ellos nos se mueven solos, necesitan de alguien que los ponga y mueva en el lugar indicado, por lo que entendemos que todo esto es un circulo vicioso, tanto el artista como el crítico apoyan a la evolución del arte, pero este último es lo indispensable para que suceda, dejando a un lado lo comercial y enfatizando todo aquello que le pueda servir, una revolución la libertad o un grito de dolor, todo eso sustenta al arte, pero al arte el hombre y al hombre, el propio arte.
Nuestra identidad creada por nuestro concepto cultural social se ve afectada cada vez que algo cambia, no se puede mantener completa.
Nuestra cultura ya empapada por las creencias científicas, por la necesidad de otorgar una razón a todo como en un estilo meramente Newtoniano, lleno de interpretaciones lógicas y establecidas por el ejercicio de prueba y error, complementado por la conceptualización del “causa y efecto”. Todo eso dejando a un lado la interpretación mental que cada persona le pueda dar a las cosas, no es lo mismo entender una serie de puntos como una imagen conceptual a entenderla como un código.
La cultura mexicana se caracterizaba por su belleza y diversidad atraves del país, manteniendo las tradiciones de los pueblo prehispánicos, mezclado con algunas tradiciones españolas que vinieron a permear a toda la sociedad que quedaba.
El capitalismo que ha invadido a nuestra cultura como dependientes del imperio norteamericano sin duda a cambio la concepción de las cosas, de las tradiciones, de las fiestas y con ello modificado nuestra cultura.
Cuando antes celebrábamos gustosamente el día de muertos, preparándonos por más de una semana para recibir a las almas de nuestros difuntos que venían de visita para celebrar un momento con sus familias han cambiado por la idea del Halloween, ese día de brujas que en México en realidad no teníamos hasta que las caricaturas, las películas y las élites gobernantes de México llegaron a imponer, ¿por qué las élites? Pues simple, son quienes tienen el poder adquisitivo necesario para poder salir del país, y ya que todo eso va de acuerdo a su estilo de vida capitalista pues llegan a México intentando colocarlo como una “tradición familiar” más para ellos, y con eso permeando a toda la sociedad que los observa.
Ahora gastamos una cantidad exagerada de dinero en disfraces, dulces y cosas para intentar imitar a un cultura que no nos pertenece, nuestra cultura llena de folklore, donde las imágenes de catrinas, catrines y esqueletos visten las casas coloniales se van desvaneciendo con el paso del tiempo, cuando las personas que crecen y ahora tienen más dinero quieren imitar a los americanos, nuestra tradición de colocar un altar, de salir con la familia al panteón de hacer fiestas a la mitad de la noche con los muertos y los vivos está ahí, intentando sobrevivir.
La cultura mexicana, siempre alegre siempre llena de fiesta tiene ciertos rituales bastante marcados que poco a poco van perdiendo fuerza ante propuestas internacionales que las empresas van poniendo.
Las tradicionales posadas donde la familia se reunía para celebrar una fecha religiosamente importante, para celebrar que acaba un año más y está por comenzar el siguiente, donde solo se buscaba la unión familiar, pasar un tiempo juntos y poder convivir con aquellos familiares que tenía tiempo no se veían se ha ido opacando por la Navidad que las empresas nos venden, donde te dicen que para estar bien con tu familia necesitas dar regalos, comprar cosas para obsequiarlas y con eso dar mayor felicidad a tus familiares que esperan algo que posiblemente ni siquiera necesiten.
Estas tradiciones de nuestra cultura se van perdiendo mientras toda la sociedad se globaliza llenando todo con una “cultura mundial” donde la industria cultural nos impone nuevas cosas a nivel internacional, buscando que compremos y que lo demás no importe.
Entonces volvemos al punto donde decíamos que tanto el arte da identidad a nuestra cultura y sociedad, la sociedad le da identidad a un artista el cual representa su identidad en una obra de arte, todo es un circulo que siempre está cerrado, pero evolucionando constantemente, es ilógico creer que un arte se mantendrá como en su creación, ya que la sociedad demanda que cambie, así como cambia la sociedad.
La música es un claro ejemplo de esto pues toda la música popular llega al punto donde es necesario que genere algún nuevo cambio, el rock de los 70´s con Led Zeppelin o con The who, que pretendían un estilo libre un estilo “punk” que comenzaba a desafiar a lo establecido fortalecía las bases para lo que vendría en los 80´s con bandas como The sex pistols que evolucionaron tanto musical como visualmente, pero este ejemplo a nivel internacional también se puede observar en México.
Cuando antes las bandas ochenteras pop estaban formadas por niños que bailaban en trajes de colores fueron evolucionando siendo los siguientes ídolos, los adolescentes que cautivaban a las niñas y jovencitas, algunos de ellos siguieron su carrera proponiendo un estilo pop más “maduro”, como el caso de Luis Miguel; pero esto no sólo es cuestión de imagen, las canciones no muestran la ingenuidad de una sociedad que estaba educada para pensar que todo lo que los medios les daban era lo correcto, donde la “inocencia” o pendejes gobernaba, cuando se les presentaba a cinco niños cantando para disimular como el gobierno pasaba la estafeta de mano en mano. Con el paso de los años ahora encontramos bandas que llegan a desafiar libremente un orden social establecido, tomando su cultura de aquellos que no están contentos con el modo en que los gobiernos nos tratan y al llegar a ser reconocidos aumentan su cultura, esparciéndola y forjando nuevas propuestas, como es el caso de Molotov, donde el rock que comenzara alguna vez con Enrique Guzmán, se ha quedado atrás por un rock más pesado, que ya no sólo atrae a los adultos sino que atrae con mayor fuerza a adolescentes y jóvenes que ven identificados sus ideales en esas letras o con los ritmos.
Sin duda todas las sociedad van creando una cultura apoyándose de sus tradiciones o costumbres pero siempre tendiendo a evolucionar, necesitando que el arte que fue apoyado por ciertos miembros de la cultura ahora apoye a la cultura para que crezca formando de nuevo este círculo que continuará toda la existencia del ser humano, y por lo tanto la del arte.

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