lunes, 13 de febrero de 2012

El Ho-gore, el ho-gore!


 Por Sam García Jiménez

Son tres historias, cortas con datos que parecieran de verdad ser tomados de una película de suspenso y terror, pero bien dicen que la realidad supera la ficción.
El cine pareciera ser siempre aquel que tiene finales felices, aquellos finales en los que nada puede salir mal, donde las tragedias solo le suceden a las princesas y los que pagan son los malvados que injustamente quieren algo que no les corresponde, pero llega un punto donde es necesario mostrar la realidad, donde aquellos que parecen no hacer nada son los que mueren y los que deberían pagar por su mala acción escapan o simplemente se sientan a esperar el momento en que puedan salir de nuevo a las calles.
Es el caso de La Dalia Negra, una de las tantas actrices que buscan fortuna en el reluciente Hollywood de los años 40, en donde los excesos lograron perderla varias veces pero llegó el punto donde alguien encuentra un placer en asesinar a personas, pero su víctima con piel tersa y bragas oscuras ha quedado mutilada a la mitad de un jardín, su piel quemada por cigarros, rasguños y torturas se muestran sobre su blanca piel, pero muchas dudas en el aire son las que se tienen que resolver, pero ninguna en realidad tendrá respuesta precisa, sólo suposiciones y cientos de mentiras que buscan llamar la atención.
Hay quienes dicen que para escribir necesitas tener una experiencia bastante significativa en la cual te puedas basar, otros dicen que es cuestión de un momento de inspiración pero también hay quienes aseguran su inspiración surge al ver la decadencia de la sociedad donde vivimos, para varios escritores sin duda el asesinato de la Dalia Negra abrió una puerta a su imaginación y el hecho de ser un caso sin resolver aún más.
Desde 1947 hasta 1995 la historia de Elizabeth Short recorrió las pantallas en forma de series, documentales o largometrajes, sin duda Hollywood encuentra una oportunidad en todo para obtener dinero.
La otra historia que leímos de Charles Manson muestra el cine oscuro desde un punto estilo documental y bizarro con ideas de profecías y mensajes encriptadas en canciones que sólo él podía descifrar, nos narra un asesinato a sangre fría sin justificación alguna más que obedecer al líder religioso.
Y en la tercera vemos las necrofilias de un joven y de su poco esfuerzo por disimular sus asesinatos, sus extraños placeres por mantener un souvenir de sus crímenes.
Todo esto da pie a una serie de películas que llenaran las salas de cine e incluso las pantallas de las salas de las casas que con sangre en todos los cuadros entretenerían a varias generaciones.
Estos acontecimientos de nuestra realidad pasaron a ser material para distintas películas, independientes o con grandes presupuestos, sin importar la cantidad de dinero se hicieron cientos de películas de horror, gore y slashers que hasta cierto punto nos mostrarían la sociedad en el momento que se grabaron, impulsadas por el morbo de los espectadores que buscan un “entretenimiento” distinto al acostumbrado.
Pero este cine oscuro no se quedó en estas temporadas donde los policías y detectives tenían sombreros y gabardinas, que caminaban sobre los muelles de san Francisco o Nueva York, este genero ha sobrevivido a traves de los años, evolucionando con forme la sociedad avanza, buscando nuevas maneras de tortura visual, aquellos crímenes sin resolver causados por un autor intelectual que nunca se manchó las manos de sangre en el 69 pudo influir en la creación de Jig Saw para ser autor intelectual de asesinatos que juegan con tu vida, retándote cada vez más.
El cine gore u oscuro siempre estará presente sin importar la censura que se le quiera aplicar, además de la cotidianidad de los asesinatos que se suscitan en el país que a cierto modo elimina nuestra capacidad para sorprendernos, por lo que no resulta nuevo que se vuelva cada vez más sangriento y más viceral, pero sin importar cuanto se pueda crear en las películas, el material que nos dará más historias macabras y retorcidas será la realidad con la sociedad en que vivimos.

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