viernes, 30 de noviembre de 2012

La semilla del miedo



Lilia Hernandez Portugal

Película: El bebe de Rosemary
Dirección: Roman Planski
Reparto: Mia Forrow, John Cassavetes, Ruth Gordon y Sidney Blackmer
Año: 1968
Fotografía: Willian A. Fraker
Guión: Ira Levin y Roman Polaski
Compañía Distribuidora: Paramount Pictures

En esta ocasión Roman Polanski nos presenta un film de terror que reúne tanto las características necesarias para considerarse una obra maestra y las cualidades requeridas para reconocer al director de esta película al poco rato de estarla observando.

Nos narra la historia de Rosemary, esposa de un actor en los comienzos de su carrera, Guy, interpretado por el joven John Cassavetes, quien buscara llegar a la cima de Broadway sin importarle el costo que podría llegar a tener, llegando incluso a intercambiar a su esposa con los miembros de una secta satánica integrada por las personas del circulo social al cual espera pertenecer, por lo que la pobre Rosemary tendrá que preguntarse en quien puede o no puede confiar.

Una característica importante del film es el suspenso que utiliza Polanski para mantenernos pegados al borde del asiento y preguntándonos cuales de los personajes que aparecieron a lo largo de la película son los que pertenecen al aterrador grupo de espiritistas.

El maquillaje y caracterización que utilizan tanto en Mia como con la personificación que se utiliza del “diablo”, podemos observar que pese a las limitantes de la época para realizarlas con el detalle necesario, de una manera ingeniosa y creativa se logra transmitir la enfermedad de la protagonista por la agonía que le causa su embarazo y el terror que cualquier imagen del diablo nos debe transmitir.

El manejo de cámaras, encuadres y fotografía de esta película, no llega por nada a ser pobre pero tampoco es el mas elaborado del momento, aunque con el refuerzo en la iluminación utilizada que nos deja en duda sobre las cosas que nos observan entre las sombras y los escenarios en los que se grabo la mayoría de las escenas, sin contar las historias que acontecieron en el edificio elegido para el rodaje de la película, nos hace sentir un terror ilógico, en cualquiera de las habitaciones que se utilizaron, en ningún momento del film Rosemary estaba sola.

Mi calificación: ****

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