viernes, 30 de noviembre de 2012

De las cavernas



Sam García


Quien diría que un Beatle tendría tantos problemas para poder conseguir un chica y aún más preocupante que tuviera que pelear todo el tiempo por alguien que no le hace caso.

Bajo la dirección de Carl Gottlieb y la fotografía de Alan Hume Ringo Starr toma el papel de un cavernícola que no es más que un peón dentro del grupo pero que anhela tener a la mujer del líder.

Si nos dedicamos a criticar los efectos especiales de la cinta nos podremos parar de reírnos un rato, pero no es un obstáculo para que podamos disfrutar la historia que Dennis Quaid y Barbara Bach ayudan a hilar en todo momento.

Una historia simple que gira alrededor de un triangulo amoroso  y el descubrimiento de distintas cosas que le darán la ventaja al clan que las tenga.

La cinta de comedia que puede caer en lo absurdo, pero ese absurdo divertido que cualquiera ríe sin pensarlo dos veces, es sin duda una que no debe de faltar por ver, es un experimento algo atrevido para alguien que se había dedicado a la música y de pronto incursiona en el cine.

No llego a considerarla una película de culto pero sí digna de no quedarse en el olvido, los elementos técnicos y visuales fueron grandes para la época pero dejan mucho que desear ahora.

Los brincos en la evolución de la humanidad son tan bruscos que apenas alcanzas a percibirlos por la manera en que son contados, como chistes efímeros de unos segundos, tal es el caso del hombre erectus que con un abrazo evoluciona.


Debo admitir que me entretuvo bastante pero no sería mi primera opción para volver a ver, es una película que debe verse pero hasta ahí la dejo. Como un proyecto arriesgado de la MGM valiéndose del renombre del protagonista.

La califico con ***



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