El Bebe de Rosmery
Afrodita Lezama
Dirección: Roman Polanski
Reparto: Mia Farrow, John Cassavetes, Ruth Gordon y Sidney Blackmer
Año: 1968
Fotografía: William A. Fraker
Guion: Ira Levin y Roman Polanski
Compañía Distribuidora:
Paramount Pictures
Los Woodhouse son un matrimonio que se muda a un edificio frente al Central
Park en Nueva York, una casa que según un amigo está maldita. Allí los reciben
Minnie y Roman Castevet, que los colman de atenciones, y Terry, que se suicida
poco después de llegar ellos. Ante la perspectiva de un buen futuro, los
Woodhouse se plantean tener un hijo, y Rosemary se queda embaraza, aunque todo
lo que recuerda es haber hecho el amor con una extraña criatura que le ha
dejado todo el cuerpo lleno de marcas. Con el paso del tiempo, Rosemary
comienza a sospechar que algo extraño ocurre con su embarazo.
El género de la película nos indica que es terror lo que se va a mostrar,
pero es que el terror o miedo no se ve directamente sino que se palpa, está
presente en la atmósfera perturbadora e inquietante y en la forma excéntrica de
comportarse de unos vecinos excesivamente amables.
El ritmo de la película es lento pero perfecto, es con esa cadencia rítmica
y la ayuda del climax donde el film sugiere o evoca miedo. Otra de las cosas
que logra transmitir la película es la sensación de soledad y el agobio de una
genial Mia Farrow que vive una auténtica pesadilla de la que intenta poner fin
pero no puede escapar, es realmente increible como en una ciudad como Nueva
York con millones de personas no pueda ser ayudada por nadie y se encuentre tan
atrapada, es desesperante.
El cénit de desesperación, angustia, pánico e impotencia llega en una
escena en la que aunque parezca mentira las calles de Nueva york son el marco
claustrofóbico para Rosemary, una música inquietante y perturbadora comienza a
retumbar y golpear al espectador hasta dejarlo sin aliento haciéndolo partícipe
de la angustia de Rosemary.
La trama se desarrolla lentamente, muy lentamente, lo que puede hacer
desesperar a los que esperen emociones fuetes, pero el descubrimiento por parte
de Rosemary del complot al que es sometida por parte de sus vecinos y su propio
marido para que engendre al hijo de Satán en la tierra, atrapa de manera
deslumbrante. Con recursos "Hitchcocknianos", todo el entramado se
ira desvelando lentamente, a la vez que la protagonista, por lo que nunca
sentiremos que le director va por delante de nosotros con lo que quiere
mostrar, algo desgraciadamente muy común hoy en día, sobre todo con esos abusos
de final sorpresa.
excelente película que consigue, como mínimo, inquietar al espectador con
una trama que poco a poco se va tejiendo alrededor de una; la trama se resuelve
lentamente sin una predominancia de intensidades dramáticas o de acción, aunque
es innegable que en, el caso que nos ocupa, la historia va en un casi continuo
crescendo hasta su ya clásico clímax.
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