viernes, 30 de noviembre de 2012

El cavernícola


Por Lolita Cuevas-Avendaño

Tal pareciera que Ringo Star nación para ser Atouk, protgonista de “El cavernícola”,  realizada en México en 1981. Lo anterior lo acoto a partir de las innumerables risas que me arrancó con su actuación, sea porque está secretamente enamorado o porque le llega su instinto valiente y se atreve a enfrentar a un temible dinosaurio.
El Cavernícola es un largometraje que fue rodado en los estados del norte dela República Mexicana, donde hay inagotables paisajes  áridos y desolados.
Dado que se trata de una producción del género de comedia, me pareció sumamente divertida en tanto que es un género que está totalmente dentro de mi agrado. Las risas excesivas y la sonrisa constante en mí, se debió tal vez a que, además de preferir l comedia, hacía ya un rato que no me disponía a entretenerme con una poco de cine para reír.
El hecho de que sea contado sólo con movimientos, gritos, sonidos, silencios, hace que se torne totalmente interesante, porque perder de vista un minuto la pantalla, significa perder el hilo de la historia.
Está claro que fue realizado en 1981, y me sorprende que en treinta años haya habido un avance tecnológico estratosférico para lo que se proyectará en la pantalla. Con esto quiero llegar a que muchos de mis compañeros nos reímos del feroz  dinosaurio que aparece en determinadas escenas, no tanto por el chiste entre los actores sino más bien por cómo luce de falso, de “mal-hechote”, y mal manejado. Sus movimientos se ven demasiado mecánicos y claramente se advierte que en las tomas long shot o full long shot recurren al montaje para dimensionar de sobremanera su tamaño real.
Lo anterior no es crítica negativa, sino que con ello comparo cómo se vería una escena actualmente con la tecnología con la que contamos. Incluso, hasta habrían aumentado la perfección de la belleza de Lar y Tala, interpretadas por Dennis Quaid y Shelley Long, y no porque lucieran un poco desarregladas (porque de feas no tienen un gramo) sino porque los avances tecnológicos de qué nos sirven si no es para mejorar la casi perfección.
Por las risas desmedidas le doy cuatro estrellas

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